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29 may 2011

SITUACIÓN DE DUELO INFANTIL


El duelo es una respuesta normal y saludable ante una pérdida. Una de las pérdidas más grandes que puede ocurrir es la muerte de alguien querido, y otras puede ser la separación del matrimonio, enfermedades, ausencias, etc.

En el caso de los niños, el proceso de duelo requiere una atención especial, y hay que tener especial cuidado en cómo intervenimos para explicarle la situación, ya que un lenguaje incorrecto o ausente puede ocasionarle sentirse culpable, emociones cruzadas, etc. Lo correcto es explicárselo de manera abierta y clara, con un lenguaje adecuado y comprensible a su edad y de manera rápida, ya que el niño percibe que los adultos están tristes y necesita saber el porqué de ese dolor. 
SEPARACIÓN

En el caso de las separaciones, antes de los 3 años, pueden aparecer diferentes manifestaciones: regresar a conductas evolutivas ya superadas como la pérdida del control de esfínteres, irritabilidad, dificultad para separarse de los adultos, angustia y necesidad de contacto físico prolongado, inhibición en el juego, temor al abandono, etc. También pueden darse trastornos de conducta como hiperactividad o agresividad, incluso trastornos de sueño.
En lactantes puede crearse angustia, ya que hasta los 8 meses aprox. es fácil dejarlo al cuidado de un conocido, pero pasado un tiempo se quejan cuando no ven a sus padres o seres más cercanos (angustia considerada como aspecto fundamental en el área emocional).
Entre los 3 y los 6 años de edad, existe un aumento en el grado de tristeza y llanto, introversión, temores ligados a la fantasía de pérdida, etc. Se preocupa por ser abandonado o desprotegido.

FALLECIMIENTO

Aunque parezcan no enterarse muchas veces de lo que ocurre a su alrededor, los niños son los más afectados por ello, y quizás por la influencia de medios de comunicación o dibujos animados ven la muerte como un proceso reversible. Por esta razón, se debe observar el comportamiento del niño y, si ya es capaz, también sus verbalización de sentimientos.
Hay que explicarles claramente que todas las personas mueren, que forma parte del proceso vital. Uno de los recursos que tenemos los educadores o maestros son los cuentos infantiles, que intentan mediante una forma sencilla, explicarles una situación natural de forma que lo relacionen con lo que les ocurre a ellos.
Un cuento infantil muy bueno para tratar el tema es “JULIA TIENE UNA ESTRELLA (Jose, Eduard. Gubianas, Valentí; Editor: La Galera), cuento sobre la muerte de la madre, en la que Julia tiene una estrella que es de verdad, de las que hay en el cielo y se ven de noche, y es muy especial porque hace tiempo su madre fue a trabajar allí... Recomendado para niños a partir de 4 años.  


Los niños pueden tener reacciones de rabia y enfado, sentirse confusos y negar lo ocurrido, conductas de regresión o que indiquen inseguridad (como chuparse el dedo, mojar la cama…). Es bueno permitirle que participe en las ceremonias (religiosas o no) siempre que se prevea que no se va a producir un desgarro excesivamente dramático o pérdida recontrol por parte del adulto.


1. Cómo interpretan la muerte según su edad

  • Bebés hasta los 12-14 meses
Aunque no reconocen lo que es la muerte aún, los sentimientos de separación y pérdida son parte del proceso de crear una conciencia de lo que es la muerte. Los niños que han sido separados de sus mamás pueden exhibir una conducta apática, callada, y no responden a sonrisas o caricias. También se pueden observar cambios físicos como pérdida de peso, desvelo y falta de actividad.
  • Niños de 2 a 3 años de edad
Los niños de esta edad suelen confundir la muerte con el dormir y pueden sentir ansiedad a una edad muy temprana, incluso a los tres años. Como reacción, pueden perder el habla y mostrar angustia generalizada.
  • Niños de 3 a 6 años de edad
A esta edad los niños ven la muerte como una forma de dormir; la persona está viva pero limitada de alguna forma. Estos niños no separan completamente la muerte de la vida y pueden pensar que la persona todavía está viva, aun después de estar enterrada, y hacer preguntas sobre ella (por ejemplo, cómo come, va al baño, respira o juega). Los niños de esta edad saben que la muerte es física pero creen que es temporal, reversible y no definitiva. A menudo hablan con otras personas (incluso extraños) como una forma de observar sus reacciones y encontrar pautas que les ayuden a explorar sus propios sentimientos. El niño puede incluso hacer preguntas confusas como, "Yo sé que mi abuelo se murió, pero ¿cuándo va a regresar?" Esto es una manera de probar la realidad y confirmar que la historia de la muerte no ha cambiado. Los niños menores de cinco años pueden exhibir trastornos en el comer, el dormir y el control de las funciones corporales.

2. La aflicción y sus etapas de desarrollo:

3. Hay tres temas prominentes en la expresión de la aflicción en los niños:
  1. ¿Causé yo la muerte?
Los niños frecuentemente creen que tienen poderes mágicos. Si la madre les grita en su desesperación "Me vas a matar" y luego se muere, el niño puede pensar que él causó la muerte. También sucede entre niños cuando después de una discusión uno dice (o piensa): "Ojala se muera". Si ese niño muere luego, el niño que lo deseó puede creer que sus pensamientos fueron los que provocaron la muerte. Debemos apoyarlo y convencerle de que no es así para no crearle en el futuro un trauma infantil.
  1. ¿Me pasará esto a mí?
La muerte de otro niño es muy difícil de aceptar. Si el niño piensa que la muerte se pudo haber evitado (ya sea por los padres o por el doctor), puede temer que le vaya a pasar a él también.
  1. ¿Quién me va a cuidar?
Debido a que los niños dependen de los padres y otros adultos para sus cuidados y necesidades, la pérdida de alguien importante les puede hacer sentir miedo e inseguridad de quién les va a cuidar.

Tratamiento de la aflicción infantil
El proceso de duelo de un niño se puede facilitar si los adultos se muestran honestos con él en sus conversaciones sobre lo sucedido, usan un lenguaje directo e integran al niño en los ritos y ceremonias relacionadas con el fallecimiento, o visitas al hospital por enfermedad, etc.
Lenguaje correcto
Esta conversación debe incluir las palabras apropiadas como cáncer, muerte, murió o nos hemos separado". No se deben usar eufemismos tales como "se fue al más allá", "está dormido”, "no nos quiere y por eso se va", etc. porque se pueden interpretar mal y confundir al niño creándole mayor dolor, a veces no percibido exteriormente por el adulto.
 




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