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29 may 2011

ESTABLECIMIENTO DE NORMAS


Ante todo, creo esta entrada para que todos nos demos cuenta y reflexionemos en que a pesar de que el niño tenga una serie de características propias, podemos lograr una disciplina en él adecuada y productiva, a la misma vez que nos beneficiamos de su comportamiento positivo maestros, padres y todo aquel que tenga contacto directo con el niño.

La disciplina es un comportamiento importante ya que podemos considerarla como la base de la educación, pero en numerosas ocasiones solemos preguntarnos quién es el mayor responsable en enseñarla y ponerla en práctica.
Muchas veces los padres opinan que los maestros son los que deben poner en marcha dichas enseñanzas en el aula, y por el contrario, los maestros afirman que ésta debe ser dada en el hogar. Lo recomendable sería que existiera un equilibrio entre ambas partes. 


Mi objetivo principal es concienciar a los lectores del blog que la disciplina y el establecimiento de normas y límites no consiste simplemente en castigar al niño y lograr que hagan lo que nosotros queramos, sino intentar que se creen capacidades y habilidades respetando sus características individuales.
Es un proceso esencial para el desarrollo del niño en el que formamos parte todos los que tenemos relación cercana con él. Debemos iniciar dicho proceso desde edades muy tempranas para evitar los conflictos o problemas que puedan surgir. Todo ello ayudará al niño a convertirse en un ser autónomo, feliz, con capacidad de resolver complicaciones, reconocer errores y éxitos.


1. Intentemos comprender al niño

En el niño, al establecer el adulto ciertas normas, entran en conflicto lo que piensa (aspecto cognitivo), lo que siente (emocional) y lo que realiza/actúa (aspecto conductual o comportamiento).

No se posee un control directo de lo que ocurre en la cabeza o en el corazón de los niños, pero si se pude controlar lo que hacen, y por ello, todas las normas deben escogerse concretamente para conductas específicas que se desee obtener de los niños, sin embargo, aunque suene fácil y simple la aplicación de estas normas es en ocasiones un trabajo difícil.

Como sabemos, todos somos diferentes unos a otros, y lo principal es tener en cuenta las características individuales al aplicar la disciplina en cada uno de los alumnos, ya que para lograr mejores resultados nos debemos basar tanto en la edad del niño como en su temperamento, capacidades y contexto o situación del aprendizaje. El maestro o educador debe darse cuenta qué acciones pueden o no funcionar con él.


Los niños entre 0 y 6 años tienen las siguientes características que considero necesario reconocer:

  • Dependen completamente de los adultos (para sobrevivir satisfaciendo sus necesidades básicas de comida, salud, afecto, nuevas experiencias, educación y aprendizaje, y brindándole seguridad hasta que pueda ser autosuficiente).
  • Cambian de estado de ánimo fácilmente y muchas veces sin previo aviso (no tienen control sobre la expresión de sus sentimientos).
  • Son impulsivos e inquietos por naturaleza (deben ir aprendiendo a controlarse y necesitan constante supervisión ya que no miden los peligros).
  • Su pensamiento es concreto (necesitan ejemplos o contestaciones que vean y puedan comprender).
  • Los niños pequeños piensan y sienten que son el centro del mundo (etapa egocentrismo en la que poco a poco se le enseñará a comprender otros puntos de vista).
  • Hasta el final de la edad infantil confunden la realidad con la fantasía (por ello es necesarios supervisar los programas de televisión que ve, las fantasías que va creando, etc.).
  • Manejan un concepto de tiempo completamente diferente al de los adultos (conforme crecen, su perspectiva de tiempo se vuelve más exacta y cercana a la realidad).
  • Aprenden a través de la imitación y el juego (interactuando con sus compañeros de la escuela y personas que le rodea, y teniendo un eficaz aprendizaje con juegos didácticos y lúdicos).


A continuación presentaré una tabla de desarrollo de los 0 a los 6 años, donde se presentan las características esenciales de los niños y algunos datos que podemos tomar en cuenta:

EDAD
NECESIDAD DE SEGURIDAD
HABILIDADES ESPERADAS
CONDUCTAS PROBLEMÁTICAS
TAREAS QUE PODEMOS PEDIRLE
0-9 meses
Necesita una persona constante y rutinas predecibles, con contacto físico de calidez y satisfacción de sus necesidades básicas.
Responde a las sonrisas y desarrolla sus habilidades psicomotoras básicas (sentarse con apoyo a los 4 meses, sentarse solo a los 6 meses, arrastrarse a los 7 meses, levantarse apoyándose en un mueble a los 8 meses, caminar dándole la mano y sostener una taza con las manos a los 9 meses).
Establecimiento de hábitos de sueño y comida, y muestra malestar al separarse de la persona que lo cuida (8- 18 meses).

9-12 meses
Requiere de la misma atención que en la etapa anterior.
Se para solo a los y dice palabras aisladas a los 10-11 meses, y empieza a caminar a los 12 meses.
Se muestra ansioso al separarse de las personas que conoce o que lo cuida.

12-18 meses
Requiere de flexibilidad para conocer su ambiente y de límites firmes ante situaciones peligrosas.
Camina solo, dice varias palabras aisladas, tiene gran curiosidad por explorar el entorno y busca la aprobación del adulto.
Continúa presentando ansiedad al separarse de las personas conocidas, tiene conductas inadecuadas para llamar la atención poniéndolo en situaciones de peligro y tiene dificultad para establecer el horario y lugar de sueño.


18-24 meses
Requiere de un ambiente sin peligros para poder explorarlo.
Dice frases cortas, puede correr, realiza juegos de imitación, inicia el control de esfínteres y la autoafirmación.
Tiene berrinches, conductas oposicionistas, teme separarse de las personas conocidas, y quiere hacer las cosas solo sin aún tener las habilidades necesarias.
Recoger juguetes grandes y comer utilizando una cuchara.
2-3 años
Necesita que su ambiente sea predecible en cuanto a rutinas informándole sobre ello y los cambios que pueda haber.
Desarrollo rápido del lenguaje de 2 a 4 años, confusión realidad-fantasía de 2 a 6 años, juego simbólico y de imitación, coordinación con otros niños mostrando interés en la interacción, y sentimiento egocentrista.
Problemas en el establecimiento del control de esfínteres, teniendo terrores nocturnos, ansiedad al separarse de las personas de su casa y berrinches.
Comunicar lo que necesite, poner servilletas en la mesa, quitarse los zapatos y ponerse la ropa aunque todavía no lo haga bien.
4 años
Necesita una persona que lo acompañe y observe sus progresos y estimule sus logros.
Control de esfínteres establecidos, lenguaje fluido y comprensible, comprensión del lenguaje adulto y de sus habilidades y limitaciones, y desarrollo de ciertas habilidades sociales.
Conductas agresivas hacia compañeros, presentando también dificultades en la aceptación de reglas.
Comer solo, ponerse prendas sencillas e iniciar el  dibujo de figuras humanas.
5-6 años
Importante que el hogar y la escuela sean lugares estables en cuanto a reglas y formas de educación donde encuentre afecto, respecto, aceptación y marcación de límites.
Comienzo del aprendizaje de la lectoescritura, come y se viste solo, tiene horario para dormir, y hace juegos de fantasía y representación.
Miedo de separarse de la madre en caso de dificultades de coordinación viso-motora o de aprendizaje.
Poner la mesa y en orden sus juguetes, bañarse y arreglarse solo.

El mejor padre es el que enseña a su hijo a ser una persona independiente, autosuficiente, plena y feliz.
 

Desde el nacimiento los padres deben iniciar el proceso de la enseñanza de límites y establecimiento de normas que posteriormente se realizará en conjunto con los educadores. La infancia es la base/cimientos de la educación.

2. Pasos y estrategias para establecer la disciplina (normas y límites)

La disciplina es sinónimo de enseñanza y preparación, para iniciar a aprender este proceso es necesario mencionar las herramientas básicas que debe tener un educador para lograr llevar a cabo el proceso:
  • Tiempo
  • Interés
  • Deseo de disfrutar en el desafió de educar a los niños.
Otros puntos importantes son los pasos para establecer las normas y límites:
  1. Observar cuidadosamente a los niños.
  2. Analizar las situaciones problemáticas.
  3. Establecer normas.
  4. Ser coherente al aplicarlas.
La clave en todo el proceso es la perseverancia y la consistencia, es por ello que debemos ser pacientes y prudentes al aplicar cualquier norma. En general la disciplina se debe considerar como una educación positiva, ya que lo que busca es el desarrollo y educación de los niños. 

3. De los errores se aprende

Los padres y educadores pueden adoptar estilos de educación definidos y que en muchas ocasiones no son los mejores, lo que puede traer consecuencias en el niño, ya que muchas veces se utilizan métodos que están en los extremos y no dan resultados efectivos.
No es bueno ser permisivo ni tampoco rígido, al igual que no os recomiendo la imitación de algún método empleado por otra persona ya que los niños y las situaciones no serán los mismos.

Esta es mi escala en cuanto a la disciplina que emplea el adulto con el niño:

-         Padres democráticos (AA*)
-         Padres autoritarios (AB)
-         Padres permisivos (BA)
-         Padres indiferentes (BB)

*Afecto y satisfacción de necesidad (Alto o Bajo)
*Control y disciplina (Alto o Abajo)

Algunos errores frecuentes del educador o padre/madre son:

a.      Reaccionar a base de impulsos y emociones.
b.      Cambiar rápidamente de estrategias.
c.       Indecisión de actuación.
d.      Falta de análisis en la naturaleza de los comportamientos a cambiar.
e.      Permitir a los niños la manipulación del adulto.
f.        Falta de acuerdos entre adultos al implantar la disciplina.
g.      Atacar la dignidad del niño dándole inseguridad con frases como “eres un tonto”, “me tienes harto”, “siempre eres tú”, etc.

Es necesario poner gran empeño en conocer la forma en que podemos ayudar a los pequeños y poner en práctica dichos conocimientos, ya que el peor de los errores es la ignorancia frente a la educación e implantación de disciplina en los niños desde edades tempranas.

Se me ocurre una idea para emplear con los niños en el aula: consiste en la creación de un libro de normas o límites, mediante imágenes sobre todo. La educadora a la misma vez que lo debaten todos juntos en clase (con niños a partir de 3 años), irá reflexionando con ellos esas pautas de comportamiento haciéndoles partícipes de ello para que lo interioricen mejor. 


4. Conclusiones

Concluyo este escrito, esperando que os haya gustado y servido de guía para vuestras enseñanzas con los niños, y retomando unas importantes palabras de Piaget y Kohlberg donde afirman que para que exista un verdadero aprendizaje del desarrollo moral en el niño, éste debe construir las reglas a través de su experiencia y reflexión, y no ser impuestas por otros, lo cual a mi punto de vista es una reflexión muy importante ya que el niño no aprende simplemente de las palabras que le damos sino a través de lo que el vive y siente; así el niño podrá llegar a reflexiones que utilice para lograr una vida autosuficiente e independiente. No os toméis el establecimiento de normas y límites a la ligera, pensad que estáis educando a futuras personas que con lo que aprendan ahora podrán ser felices.



 

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